Decimos que el corazón puede latir a mil por hora, solemos utilizar esta expresión cuando estamos nerviosos, cuando está a punto de ocurrir algo que llevamos esperando un tiempo, antes de una cita o, incluso, después, y así en un sinfín de momentos que nos hacen sentir que se nos va a salir por la boca.
Ese bombeo incesante que nos hace sentir vivos, ese latir acompasado de sensaciones cada vez que unos labios rozan los tuyos, cuando se acoplan a la perfección, cuando ves como esos ojos que has estado buscando te miran intensamente y sientes como el pelo se te pone de punta, como el corazón decide, por sí sólo, que si no es con el otro no puede seguir latiendo.
¿Cómo es posible que un corazón pueda aguantar tantas sensaciones? ¿Cómo es posible que el amor haga latir desbocado a un corazón? ¿A qué velocidad puede latir tu corazón cada vez que esos labios te besan? ¿Cuántos besos puede aguantar tu corazón? El mío, todos los que lo hagan seguir latiendo.