Hay momentos en los que siento que todo va a explotar. Es como si una masa gigante bailara por encima de mi cabeza tambaleándose, siendo tan frágil que en cualquier momento podría romperse sobre mí. Una masa que se va llenando de problemas, de imprevistos, de gente que se mete en tu vida para querer organizártela, de agobios, de lo viejo, de lo nuevo, de lo que vendrá y de lo que no quieres que se vaya nunca.

O cuando tienes un sueño, algo que has deseado toda la vida, que adoras hacer, que es tu pasión y llegas a conseguirlo. Ese momento es inolvidable, único, piensas que eres afortunado porque hay poca gente que pueda cumplir sus sueños. Pero con el paso del tiempo te vas dando cuenta que hay sueños que son mejores cuando se quedan en el deseo y no se rompen con la realidad.

Por eso, si todo eso explotara y cayera sobre ti, ¿cuál sería el resultado? Parece que sería tremendo porque podría contigo. Sin embargo, ¿no sería maravilloso quedar oculto durante un tiempo? Se asemejaría a estar metido en una cueva, dejando que pase la tormenta para volver a la realidad cuando brille el sol. Creo que sí, definitivamente, sería mucho mejor dejar de luchar contra ella, que esa enorme masa cayera sobre mí y que me deje ocultarme hasta que pase la tormenta. Yo también pediría, “que se pare el mundo que quiero bajar”.

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